VersiĂłn: IsaĂas Garde
La obertura cansina de la lluvia,
cada gota rompiéndose
en la siguiente sin romperse,
refleja a la mente inexorable, sincopada.
No de otro modo
los colibrĂes
imaginan que sus alas
son sus corazones, y las golondrinas
conciben el horizonte
como una lĂnea
que ellas tensan
y sueltan. ¿QuĂ© es
lo que buscan? Los álamos,
avanzando o retirándose,
pierden igualmente su estatura,
pero se mantienen firmes,
y se las arreglan
a fin de volverse
imaginarios. La ciudad
atrae a la mente hacia las calles,
y las calles la incitan
desde sus esquinas,
donde muy poco
pertenece a ninguno. Es
lo que se mueve a través
de las partes estacionarias
del mundo, la impronta
de la gravedad en las cosas, en las hojas,
que aplastadas contra la hĂşmeda
ventana del suelo de noviembre,
permanecen descolocadas
hasta que, transformadas en piezas
de un rompecabezas insoluble,
sus bordes
se adelgazan y suavizan.
Fijate cĂłmo, entonces, el cuadro se vuelve claro,
la mente que, en trozos, penetra en el suelo
con mayor facilidad
y es mucho más fructĂfera por eso.
Jorie Graham - Mind
The slow overture of rain,
each drop breaking
without breaking into
the next, describes
the unrelenting, syncopated
mind. Not unlike
the hummingbirds
imagining their wings
to be their heart, and swallows
believing the horizon
to be a line they lift
and drop. What is it
they cast for? The poplars,
advancing or retreating,
lose their stature
equally, and yet stand firm,
making arrangements
in order to become
imaginary. The city
draws the mind in streets,
and streets compel it
from their intersections
where a little
belongs to no one. It is
what is driven through
all stationary portions
of the world, gravity's
stake in things, the leaves,
pressed against the dank
window of November
soil, remain unwelcome
till transformed, parts
of a puzzle unsolvable
till the edges give a bit
and soften. See how
then the picture becomes clear,
the mind entering the ground
more easily in pieces,
and all the richer for it.
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