Versión: Isaías Garde
ahí estaban los canarios y el limonero
y la vieja con verrugas
y ahí estaba yo, un chico
que tocaba las teclas del piano
mientras ellos hablaban-
pero no tocaba muy fuerte
porque ellos tenían cosas que decir,
ellos tres;
y de noche yo los veía tapar a los canarios
con bolsas de harina:
"así pueden dormir, querido".
yo tocaba el piano bajito,
una nota a la vez,
los canarios abajo de sus bolsas,
y había pimenteros,
pimenteros que rozaban el techo como lluvia
y colgaban detrás de las ventanas
como lluvia gris,
y ellos hablaban, ellos tres,
sentados en un cálido semicírculo nocturno,
y las teclas eran negras y blancas
y respondían a mis dedos
como la magia encerrada
de un mundo adulto que espera;
ahora ellos se fueron, los tres,
y yo estoy viejo:
los pies de los piratas pisotearon
el piso de paja limpia
de mi alma,
y los canarios no cantan más.
for they had things to say
the canaries were there, and the lemon tree
and the old woman with warts;
and I was there, a child
and I touched the piano keys
as they talked—
but not too loudly
for they had things to say,
the three of them;
and I watched them cover the canaries at night
with flour sacks:
“so they can sleep, my dear.”
I played the piano quietly
one note at a time,
the canaries under their sacks,
and there were pepper trees,
pepper trees brushing the roof like rain
and hanging outside the windows
like green rain,
and they talked, the three of them
sitting in a warm night’s semicircle,
and the keys were black and white
and responded to my fingers
like the locked-in magic
of a waiting, grown-up world;
and now they’re gone, the three of them
and I am old:
pirate feet have trod
the clean-thatched floors
of my soul,
and the canaries sing no more.
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