VersiĂłn: IsaĂas Garde
Todo lo que conozco es una puerta en la oscuridad.
Afuera, viejos ejes y ruedas de hierro que se oxidan:
adentro, los breves tintineos del yunque martillado,
el impredecible remolino de las chispas
o el silbido, cuando una nueva herradura se endurece en el agua.
El yunque debe estar en alguna parte del centro,
con asta de unicornio, con su extremo cuadrado,
fijo allĂ, inamovible: un altar
donde Ă©l se consume en forma y mĂşsica.
A veces, delantal de cuero, pelos en la nariz,
se asoma por el dintel, recuerda el estrépito
de los cascos donde ahora el tráfico corre en filas;
después gruñe y entra dando un portazo
y vuelve a golpear el hierro verdadero, a hacer andar los fuelles.
The forge
All I know is a door into the dark.
Outside, old axles and iron hoops rusting;
Inside, the hammered anvil’s short-pitched ring,
The unpredictable fantail of sparks
Or hiss when a new shoe toughens in water.
The anvil must be somewhere in the centre,
Horned as a unicorn, at one end square,
Set there immoveable: an altar
Where he expends himself in shape and music.
Sometimes, leather-aproned, hairs in his nose,
He leans out on the jamb, recalls a clatter
Of hoofs where traffic is flashing in rows;
Then grunts and goes in, with a slam and flick
To beat real iron out, to work the bellows.
Publicar un comentario