VersiĂłn: IsaĂas Garde
Mi casa, digo yo. Pero, escucha las palomas soleadas
Que hacen de mi tejado la escena de sus amores,
Que giran alrededor del alero todo el dĂa
Y llenan las chimeneas con su canciĂłn susurrante:
Nuestra casa, dicen ellas; y la mĂa, declara el gato
Y extiende su vellĂłn de oro sobre las sillas;
Y la mĂa, dice el perro, que se levanta rĂgido de furia
Si algún pie extraño profana el sendero.
Asà también el ciervo, nuestro antiguo jardinero,
Que mordisqueĂł en mis terrazas, llamaba suyo al jardĂn;
Y ahora, derrocado, contempla solo desde el camino
Su antiguo reino, mi humilde morada.
My house, I say
My house, I say. But hark to the sunny doves
That make my roof the arena of their loves,
That gyre about the gable all day long
And fill the chimneys with their murmurous song:
Our house, they say; and mine, the cat declares
And spreads his golden fleece upon the chairs;
And mine the dog, and rises stiff with wrath
If any alien foot profane the path.
So, too, the buck that trimmed my terraces,
Our whilom gardener, called the garden his;
Who now, deposed, surveys my plain abode
And his late kingdom, only from the road.
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