Mark Strand - Melancolía hermética

Mark Strand - Melancolía hermética


Versión: Isaías Garde


Digamos que llegó la noche, que el viento se calmó, que los árboles azul verdosos se volvieron grises, que las montañas de hielo, pulidas bajo el rostro estropeado de la luna, parecen fantasmas inmóviles a la distancia, y los rayos débiles de la luna fluyen hacia el cuarto en el que, sentado ante una mesa, contemplás un vaso de whisky, el cuarto en el que estuviste durante tanto tiempo que la noche, tan quieta, tan patente, se convirtió no solo en tu día, sino en la totalidad de tu vida; y digamos que mientras estás ahí el sol, el sol verdadero, salió, y eso te hace pensar que lo que hiciste de la noche fue solo una posibilidad, una indolora y enrarecida forma de la desesperación que, de continuar, podría llevarte a una conclusión no deseada; y te das cuenta de que las palabras que elegiste no fueron las apropiadas -nunca fuiste la persona que suponían que eras-; ahora digamos que en la casa hay un arma cargada y jugás con la idea de usarla y te decís: "Dale, pegate un tiro", pero tampoco aquí las palabras son las apropiadas, así que, como hiciste tantas veces, las corregís antes de que sea demasiado tarde.

Hermetic Melancholy

Lets say that night has come and the wind has died down and the blue-green trees have turned to gray and the ice mountains, slick under the scarred face of the moon, are like ghosts, motionless in the distance, and the moons weak light streams into the room where you sit at a table, staring into a glass of whiskey, and where you have been so long that the night, so still, so stark, has become not only your day, but the whole of your life; and let’s say that while you are there the sun, the actual sun, has risen, and it occurs to you that what you made of the night was only a possibility, a painless, rarified form of despair that could lead, if continued, to an unwanted conclusion, and you realize that the words you chose were not the right words—you were never the person they suggested you were; now let’s say that there is a loaded gun in the house and you toy with the idea of using it and say, «Go ahead, shoot yourself», but here, too, the words are not right, so, as you have often done, you revise them before it’s too late.
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