Versión: Isaías Garde
El león ruge en el desierto exasperante,
Enrojece la arena con su ruido rojo,
Desafía al vacío rojo a plantear su combate,
Señor por sus garras y por sus mandíbulas y por su melena,
El más flexible de los retadores. El elefante
Rompe las tinieblas de Ceylán con sus estruendos,
El fulgor fugaz en la superficie de las cisternas
Quebrando hasta la más aterciopelada lejanía. El oso,
Esa canela pesada, gruñe en su montaña
Ante el trueno estival y duerme mientras dura la nieve del invierno.
Pero tú, efebo, miras por la ventana de tu altillo,
Tu mansarda con piano alquilado. Reposas
En silencio sobre tu cama. Aferras la punta
De la almohada en tu mano. Retuerces y aprietas
Una amarga declaración de tu retorcimiento, muda
Aunque voluble en su violencia muda. Miras
A través de los techos como un vigía y un guardián
Y en tu centro señalas todo eso y estás acobardado.
Estos son los niños heroicos que el tiempo engendra
Contra la primera idea -azotar al león,
Engalanar a los elefantes, enseñar malabares a los osos.
Notas para una ficción suprema I,5
The lion roars at the enraging desert,
Reddens the sand with his red-colored noise,
Defies red emptiness to evolve his match,
Master by foot and jaws and by the mane,
Most supple challenger. The elephant
Breaches the darkness of Ceylon with blares,
The glitter-goes on surfaces of tanks,
Shattering velvetest far-away. The bear,
The ponderous cinnamon, snarls in his mountain
At summer thunder and sleeps through winter snow.
But you, ephebe, look from your attic window,
Your mansard with a rented piano. You lie
In silence upon your bed. You clutch the corner
Of the pillow in your hand. You writhe and press
A bitter utterance from your writhing, dumb,
Yet voluble of dumb violence. You look
Across the roofs as sigil and as ward
And in your centre mark them and are cowed . . .
These are the heroic children whom time breeds
Against the first idea—to lash the lion,
Caparison elephants, teach bears to juggle.
Enrojece la arena con su ruido rojo,
Desafía al vacío rojo a plantear su combate,
Señor por sus garras y por sus mandíbulas y por su melena,
El más flexible de los retadores. El elefante
Rompe las tinieblas de Ceylán con sus estruendos,
El fulgor fugaz en la superficie de las cisternas
Quebrando hasta la más aterciopelada lejanía. El oso,
Esa canela pesada, gruñe en su montaña
Ante el trueno estival y duerme mientras dura la nieve del invierno.
Pero tú, efebo, miras por la ventana de tu altillo,
Tu mansarda con piano alquilado. Reposas
En silencio sobre tu cama. Aferras la punta
De la almohada en tu mano. Retuerces y aprietas
Una amarga declaración de tu retorcimiento, muda
Aunque voluble en su violencia muda. Miras
A través de los techos como un vigía y un guardián
Y en tu centro señalas todo eso y estás acobardado.
Estos son los niños heroicos que el tiempo engendra
Contra la primera idea -azotar al león,
Engalanar a los elefantes, enseñar malabares a los osos.
Notas para una ficción suprema I,5
The lion roars at the enraging desert,
Reddens the sand with his red-colored noise,
Defies red emptiness to evolve his match,
Master by foot and jaws and by the mane,
Most supple challenger. The elephant
Breaches the darkness of Ceylon with blares,
The glitter-goes on surfaces of tanks,
Shattering velvetest far-away. The bear,
The ponderous cinnamon, snarls in his mountain
At summer thunder and sleeps through winter snow.
But you, ephebe, look from your attic window,
Your mansard with a rented piano. You lie
In silence upon your bed. You clutch the corner
Of the pillow in your hand. You writhe and press
A bitter utterance from your writhing, dumb,
Yet voluble of dumb violence. You look
Across the roofs as sigil and as ward
And in your centre mark them and are cowed . . .
These are the heroic children whom time breeds
Against the first idea—to lash the lion,
Caparison elephants, teach bears to juggle.
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