Versión: Isaías Garde Fui bienvenida aquí - al oro claro de final del verano, de comienzos de otoño, al águila del alba asoleándose en el árbol más alto, a la montaña revelándose a sí misma sin nubes, a su nieve teñida de damasco mientras miraba hacia el oeste, tolerante en su perseverancia, con el sol incansable saliendo y ocultándose por siempre. Ahora se me ha dado a probar el gris predicho para todos y cada uno, un gris pesado y frío. Yo me había jactado de que no me importaría, porque soy londinense. Y no me importará. Voy a atrincherarme en mis días, ya que he venido aquí a vivir, no de visita. El gris es el precio de la vecindad con las águilas, del conocimiento de la vasta presencia de una montaña, vista o no vista.
Settling
I was welcomed here—clear gold of late summer, of opening autumn, the dawn eagle sunning himself on the highest tree, the mountain revealing herself unclouded, her snow tinted apricot as she looked west, Tolerant, in her steadfastness, of the restless sun forever rising and setting. Now I am given a taste of the grey foretold by all and sundry, a grey both heavy and chill. I've boasted I would not care, I'm London-born. And I won't. I'll dig in, into my days, having come here to live, not to visit. Grey is the price of neighboring with eagles, of knowing a mountain's vast presence, seen or unseen.
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