W. H. Auden - Canción de cuna

W. H. Auden - Canción de cuna


Versión: Isaías Garde

Reclina, mi amor, tu somnolienta cabeza
Humana sobre mi brazo infiel;
El tiempo y la fiebre queman
La belleza individual de los
Niños juiciosos, y la tumba
Prueba que el niño es efímero:
Pero en mis brazos, hasta que rompa el día,
Que la criatura viviente repose,
Mortal, culpable, aunque para mí,
Enteramente hermosa.

Cuerpo y alma no tienen límites:
Para lo amantes mientras yacen
Sobre su indulgente ladera encantada
En su habitual desmayo,
Solemne es la visión
de simpatía sobrenatural,
de amor universal y de esperanza
Que Venus envía
Mientras, entre glaciares y rocas, despierta
En abstracta intuición
El éxtasis carnal del ermitaño.

Certeza, fidelidad
Al dar la medianoche pasan
Como las vibraciones de una campana,
Y los locos de moda elevan
Su grito pedante y aburrido:
Toda la temible baraja predice
Que cada centavo del precio
Debe ser pagado, pero de esta noche
Ni un suspiro, ni un pensamiento,
Ni un beso, ni una mirada se perderán.

Belleza, medianoche, la visión se muere:
Que los vientos del amanecer que soplan
Suaves alrededor de tu cabeza soñadora,
Muestren tal día de bienvenida
Que la mirada y el corazón palpitante bendigan,
Y que te baste con el mundo mortal;
Que los áridos mediodías te encuentren nutrido
Por los poderes involuntarios,
Que las noches de insulto te abran paso
Amparado por todo amor humano.


Lullaby

Lay your sleeping head, my love,
Human on my faithless arm;
Time and fevers burn away
Individual beauty from
Thoughtful children, and the grave
Proves the child ephemeral:
But in my arms till break of day
Let the living creature lie,
Mortal, guilty, but to me
The entirely beautiful.

Soul and body have no bounds:
To lovers as they lie upon
Her tolerant enchanted slope
In their ordinary swoon,
Grave the vision Venus sends
Of supernatural sympathy,
Universal love and hope;
While an abstract insight wakes
Among the glaciers and the rocks
The hermit's carnal ecstasy.

Certainty, fidelity
On the stroke of midnight pass
Like vibrations of a bell,
And fashionable madmen raise
Their pedantic boring cry:
Every farthing of the cost,
All the dreaded cards foretell,
Shall be paid, but from this night
Not a whisper, not a thought,
Not a kiss nor look be lost.

Beauty, midnight, vision dies:
Let the winds of dawn that blow
Softly round your dreaming head
Such a day of welcome show
Eye and knocking heart may bless,
Find the mortal world enough;
Noons of dryness find you fed
By the involuntary powers,
Nights of insult let you pass
Watched by every human love.

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