John Yau - En el reino de la poesía

John Yau - En el reino de la poesía

Versión: Isaías Garde


(Según Carlos Drummond de Andrade)


No escribas poemas

acerca de vos mismo.


No llames la atención

sobre tus revelaciones


ni hagas confesiones.

Aunque tu intención


sea expiar el dolor,

superar la culpa,


moderar tu

comprensible enojo,


no escarbes

en el dolor de tu madre,


el tormento sexual de tu hermano,

los robos de tu hermana,


el odio a sí mismo de tu padre,

el horóscopo afortunado de tu padrastro.


Los sentimientos no son poemas.

A los parientes hay que dejarlos


donde están,

en la banquina


o al costado de la caja registradora.

No escribas poemas


acerca de los demás.

Afuera maridos,


divorciados, alcohólicos,

adolescentes con acné y enfermeras.


Ya hay un exceso

de pésimos guiones.


Olvidate de amigos 

y enemigos,


aniversarios

y momentos especiales.


Alguien del negocio de las tarjetas de felicitación

ya tocó esos tópicos.


No escribas acerca

de lo que pasa en el mundo,


de niños perdidos

y de restos humanos,


de la playa en llamas

y de la página tragada,


ni del quincuagésimo

discurso del presidente.


Lo que sea que haya sucedido allá

no es un poema.


No intentes demostrar

lo sensible que sos.


Otros ya han afirmado

que eran plantas.


No es necesario demostrar

lo insensible que sos


ya que esto

es un hecho indiscutible.


No escribas poemas

que relacionen


algún asunto común

de tu vida


-afeitarte, abrocharte el corpiño, andar en subte,

admirar una puesta de sol especialmente pintoresca-


con algún momento significativo de la historia

-pogrom, hambruna, exilio, asesinato-


o con una mítica violación, celos o rechazo-

de hecho, con cualquier cosa que tenga un tema.


Los poemas no son informes

repartidos en conferencias.


No cantes acerca de las alegrías de la ciudad

ni enumeres las virtudes de la vida rural.


No hables de cisnes,

mortadela, sequedad ocular,


ni de filósofos mal digeridos.

Los picnics y los cuadros no son poemas.


No recurras al drama

ni digas mentiras.


No uses tu deseo

como punto de partida.


Los secretos deben dejarse

donde están.


No te levantes

en un teatro en llamas


para anunciar:

"nadie escucha poesía".


No escribas poemas

acerca de poetas


mal pagos.

Tirá a la basura


tus memorias,

enterrá tus espejos.



In The Kingdom of Poetry


(after Carlos Drummond de Andrade)


Don't write poems

about yourself.


Don't call attention

to your revelations


or make confessions.

Even if your intention


is to expiate pain,

overcome guilt,


temper your

understandable anger,


don't excavate

your mother's grief,


brother's sexual torment,

sister's thievery,


father's self-hatred,

step-parent's fortuitous star chart.


Feelings are not poems.

Relatives should be left


where they are found,

in the gutter


or by a cash register.

Don't write poems


about others.

Leave out husbands,


divorcees, alcoholics,

pimply adolescents and nurses.


There is already a surplus

of bad movie scripts.


Forget about friends

and enemies,


anniversaries

and special moments.


Someone in the greeting card business

has already covered these topics.


Don't write about

what is happening in the world,


the missing child

and the human remains,


the burning beach

and the swallowed page,


the president's

fiftieth speech.


Whatever happened there

isn't a poem.


Don't try and prove

how sensitive you are.


Others have already

claimed to be plants.


It isn't necessary to demonstrate

how insensitive you are.


as this is already

an indisputable fact.


Don't write poems

linking


an ordinary event

in your life


-shaving, adjusting your bra, riding subway

admiring especially picturesque sunset-


to a significant moment in history

-pogrom, starvation, exile, assassination-


or to a myth-rape, jealousy, or rejection-

in fact to anything that has a theme.


Poems are not papers

delivered at conferences.


Don't sing about the joys of the city

or list the virtues of rural life.


Don't mention swans,

bologna, eyeball dryness,


or one-eared philosophers.

Picnics and paintings are not poems.


Don't resort to drama

or telling lies.


Don't use your yearning

as a starting point.


Secrets should be left

where they are.


Don't stand up

in a burning theater


and announce,

"no one listens to poetry."


Don't write poems

about poets


being underpaid.

Throw away


your memories,

bury your mirrors.

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