VersiĂłn: IsaĂas Garde
I
Veo a los chicos del verano en su ruina
Echar los diezmos de oro estéril,
Descuidar la cosecha, congelar los suelos;
AllĂ, en su celo, los flujos invernales
De amores congelados alcanzan a sus chicas,
Y ahogan en sus mareas la carga de manzanas.
Estos chicos de luz cuajados de locura,
Amargan la miel hirviente;
Restriegan los muñecos de escarcha en las colmenas;
AllĂ, al sol, las hebras gĂ©lidas
De la duda y la sombra alimentan sus nervios;
El signo de la luna es cero en sus vacĂos.
Veo a los niños del verano en sus madres
Parten los climas del vientre vigoroso;
Separan noche y dĂa con pulgares de hada;
AllĂ en lo hondo con sombras mutiladas
Pintan de sol y luna sus represas
Mientras un rayo de sol pinta sus frentes.
Veo que de estos chicos saldrán hombres de nada
Formados por movimientos sĂłrdidos,
Para atrofiar el aire saltando en sus ardores;
Desde sus corazones el pulso más ardiente
Del amor y la luz estalla en sus gargantas.
Oh vean el pulso del verano en el hielo.
II
Pero las estaciones deben ser desafiadas o se desplomarán
Al repique del cuarto de hora
Con el que, puntuales como la muerte, tañemos las estrellas;
AllĂ, en su noche, donde el somnoliento hombre invernal tira
De la negra lengua de las campanas,
Y luna y medianoche no devuelven el golpe cuando ella golpea.
Somos los sombrĂos negadores convoquemos
A la muerte desde una mujer del verano,
A una vida imperiosa desde la crispaciĂłn de los amantes
Desde el muerto leal que flota sobre el mar
Al gusano de ojos brillantes de la lámpara de Davy
Y desde el vientre sembrado al hombre de paja.
Nosotros, chicos del verano en este hilado de cuatro vientos,
Verdes a causa del hierro de las algas,
Sujetamos al estruendoso mar y soltamos sus pájaros,
Recogemos las olas y la espuma de la bola del mundo
Para asfixiar los desiertos con sus mareas,
Y rastrillamos los jardines del condado para hacernos guirnaldas.
En primavera ostentamos en la frente el acebo,
Ah la sangre y las bayas,
Y clavamos a los alegres señores a los árboles;
AquĂ el hĂşmedo mĂşsculo del amor se seca y muere
AquĂ arrancamos un beso de la cantera del desamor,
Oh vean los polos de la promesa en los chicos.
III
Los veo, chicos del verano en su ruina.
Al hombre en lo estéril de su gusano.
Y los chicos, colmados y ajenos en la bolsa.
Yo soy el hombre que fue el padre de ustedes.
Somos los hijos del pedernal y de la brea.
Oh vean los polos besándose al cruzarse…
I See the Boys of Summer
I
I see the boys of summer in their ruin
Lay the gold tithings barren,
Setting no store by harvest, freeze the soils;
There in their heat the winter floods
Of frozen loves they fetch their girls,
And drown the cargoed apples in their tides.
These boys of light are curdlers in their folly,
Sour the boiling honey;
The jacks of frost they finger in the hives;
There in the sun the frigid threads
Of doubt and dark they feed their nerves;
The signal moon is zero in their voids.
I see the summer children in their mothers
Split up the brawned womb’s weathers,
Divide the night and day with fairy thumbs;
There in the deep with quartered shades
Of sun and moon they paint their dams
As sunlight paints the shelling of their heads.
I see that from these boys shall men of nothing
Stature by seedy shifting,
Or lame the air with leaping from its heats;
There from their hearts the dogdayed pulse
Of love and light bursts in their throats.
O see the pulse of summer in the ice.
II
But seasons must be challenged or they totter
Into a chiming quarter
Where, punctual as death, we ring the stars;
There, in his night, the black-tongued bells
The sleepy man of winter pulls,
Nor blows back moon-and-midnight as she blows.
We are the dark derniers let us summon
Death from a summer woman,
A muscling life from lovers in their cramp
From the fair dead who flush the sea
The bright-eyed worm on Davy’s lamp
And from the planted womb the man of straw.
We summer boys in this four-winded spinning,
Green of the seaweeds’ iron,
Hold up the noisy sea and drop her birds,
Pick the world’s ball of wave and froth
To choke the deserts with her tides,
And comb the county gardens for a wreath.
In spring we cross our foreheads with the holly,
Heigh ho the blood and berry,
And nail the merry squires to the trees;
Here love’s damp muscle dries and dies
Here break a kiss in no love’s quarry,
O see the poles of promise in the boys.
III
I see you boys of summer in your ruin.
Man in his maggot’s barren.
And boys are full and foreign to the pouch.
I am the man your father was.
We are the sons of flint and pitch.
O see the poles are kissing as they cross…
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