Denise Levertov (n. en Ilford, Essex el 24 de octubre de 1923 – fallecida el 20 de diciembre de 1997)
VersiĂłn: IsaĂas Garde
Las nubes tal como las veo, surgen
con urgencia, rosadas en el
armado de un poder sombrĂo
que en la noche se precipita sobre
techos y funestos
muros herméticos-
Anoche
como si la muerte hubiera encendido una luz pálida
en tu carne, tu carne
era frĂa a mi toque, o no frĂa,
sino fresca, enfriándose, como si los últimos rastros
de calidez estuvieran desapareciendo de vos.
Mi muslo ardiĂł de miedo frĂo allĂ
donde lo tocaste.
Pero me forcé a recrear mi visión de un cielo
cerrado y cercano, no como el espacio en el que marchan esas nubes-
un cielo de niebla gris apareciĂł-
y al mirarlo intensamente vimos
que el gris no era gris sino un blanco lechoso
en el cual huellas radiantes de verdes Ăłpalo,
llameantes azules, brillaban, desaparecĂan, brillaban otra vez,
y solo entonces, al ver el color el gris,
un campo se presentó a la vista, extendiéndose
entre nosotros y el horizonte,
un campo de la hierba más profundamente fresca
recamada de dientes de leĂłn.
verdes y dorados
dorados y verdes alternado en apretados
acordes, un campo madrigal.
¿Será que el frĂo de muerte que visitĂł nuestro lecho
no era lo que parecĂa, será un gris
que debemos observar con intensidad?
Limpio mis anteojos y me inclino hace el oeste,
despejo mi mente de la niebla del dĂa y me asomo
a mĂ misma para ver
los colores de la verdad
Miro las nubes y veo
su ostentoso avance, persiguiendo
la caĂda del sol.
Clouds
The clouds as I see them, rising
urgently, roseate in the
mounting of somber power
surging in evening haste over
roofs and hermetic
grim walls—
Last night
As if death had lit a pale light
in your flesh, your flesh
was cold to my touch, or not cold
but cool, cooling, as if the last traces
of warmth were still fading in you.
My thigh burned in cold fear where
yours touched it.
But I forced to mind my vision of a sky
close and enclosed, unlike the space in which these clouds move—
a sky of gray mist it appeared—
and how looking intently at it we saw
its gray was not gray but a milky white
in which radiant traces of opal greens,
fiery blues, gleamed, faded, gleamed again,
and how only then, seeing the color in the gray,
a field sprang into sight, extending
between where we stood and the horizon,
a field of freshest deep spiring grass
starred with dandelions,
green and gold
gold and green alternating in closewoven
chords, madrigal field.
Is death’s chill that visited our bed
other than what it seemed, is it
a gray to be watched keenly?
Wiping my glasses and leaning westward,
clearing my mind of the day’s mist and leaning
into myself to see
the colors of truth
I watch the clouds as I see them
in pomp advancing, pursuing
the fallen sun.
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