Wallace Stevens (Reading (Pensilvania), 2 de octubre de 1879 – Hartford (Connecticut), 2 de agosto de 1955) |
Versión: Isaías Garde
Llamen al que enrolla los gruesos cigarros,
Al musculoso, e invítenlo a batir,
En tazas de cocina, la cuajada concupiscente.
Que las criadas holgazaneen en sus vestidos
Habituales, y que los muchachos
Les lleven flores en diarios del mes pasado.
Que ser sea el resultado de parecer.
El único emperador es el emperador de los helados.
Saquen del aparador,
Al que le faltan tres perillas de cristal, la sábana
Sobre la que ella alguna vez bordara unas colas en abanico,
Y extiéndanla hasta cubrir su cara.
Si sus pies callosos sobresalen,
Será para mostrar qué fría está, y qué muda.
Que la lámpara fije su rayo sobre ella.
El único emperador es el emperador de los helados.
The Emperor of Ice-Cream
Call the roller of big cigars,
The muscular one, and bid him whip
In kitchen cups concupiscent curds.
Let the wenches dawdle in such dress
As they are used to wear, and let the boys
Bring flowers in last month’s newspapers.
Let be be finale of seem.
The only emperor is the emperor of ice-cream.
Take from the dresser of deal,
Lacking the three glass knobs, that sheet
On which she embroidered fantails once
And spread it so as to cover her face.
If her horny feet protrude, they come
To show how cold she is, and dumb.
Let the lamp affix its beam.
The only emperor is the emperor of ice-cream.
Al musculoso, e invítenlo a batir,
En tazas de cocina, la cuajada concupiscente.
Que las criadas holgazaneen en sus vestidos
Habituales, y que los muchachos
Les lleven flores en diarios del mes pasado.
Que ser sea el resultado de parecer.
El único emperador es el emperador de los helados.
Saquen del aparador,
Al que le faltan tres perillas de cristal, la sábana
Sobre la que ella alguna vez bordara unas colas en abanico,
Y extiéndanla hasta cubrir su cara.
Si sus pies callosos sobresalen,
Será para mostrar qué fría está, y qué muda.
Que la lámpara fije su rayo sobre ella.
El único emperador es el emperador de los helados.
The Emperor of Ice-Cream
Call the roller of big cigars,
The muscular one, and bid him whip
In kitchen cups concupiscent curds.
Let the wenches dawdle in such dress
As they are used to wear, and let the boys
Bring flowers in last month’s newspapers.
Let be be finale of seem.
The only emperor is the emperor of ice-cream.
Take from the dresser of deal,
Lacking the three glass knobs, that sheet
On which she embroidered fantails once
And spread it so as to cover her face.
If her horny feet protrude, they come
To show how cold she is, and dumb.
Let the lamp affix its beam.
The only emperor is the emperor of ice-cream.
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